Titular: La lluvia en el diario

                -¡Christopher! -El grito hizo eco en la pequeña habitación.

El día comenzó turbio en "El Diario", periódico de chismes a nivel nacional. Han pasado algunos meses desde nuestra última charla. Por fin he encontrado un empleo (turbio), me he convertido en un columnista de noticias variopintas del estado.

Se preguntaran quien es el idiota que me llama con aspereza, un gordinflón con una gigante camisa roja y con los pantalones encima de su barriga (realmente extraño), además con su inmensa y cegadora calva, y su bigote de vikingo. El es mi jefe, el señor Duncan, odiado por todas y todos, probablemente ni siquiera tenga admiradores fuera de estas paredes, sin embargo, nadie cuestiona la calidad de su trabajo.

Es un patán, pero un excelente periodista. Ya van tres meses desde que el señor Duncan me contrato, han sido tiempos difíciles, mi mente solo trabaja en temas cotidianos, temas sublimes que tienden a ser ignorados por la muchedumbre, lamentablemente, mi jefe los califica de vacios y de poca importancia. Hoy probablemente me llame por la usual queja.

                -Buenos Señor Cailean, esta es la...5ta vez...¿que lo llamo a mi oficina? - Tono precavido, tratando de mostrar la mayor calma posible.

                -De hecho ya van 10 señor. -No pude evitar decirlo con un sublime tono burlón, estoy seguro que nadie lo notaria, a excepción de mi madre.

Un silencio sepulcral tomo la habitación, no suelo dar las mejores respuestas cuando me enfrento a este tipo de situaciones, pero hay eventos que me sacaban de mi, recuerdos de sucesos fuera de lo cotidiano, recientemente una lluvia pasajera, cayó en las afueras....

                -HASTA CUANDO SEÑOR ¡¡¡CAILEAN!!! ¡¡¡NO ES LA PRIMERA VEZ QUE LE LLAMO LA ATENCION!!!

                -El público quiere algo tajante, cortante, chismes de verdad, las amantes de nuestro presidente o de importantes políticos....- y bla bla bla bla - nadie compra el periódico para comprobar el estado cultural de nuestro país.

Bueno, llegados a este punto, puedo retractarme de las habilidades de este personaje, ¿en qué momento mi salvación se convirtió en esta pesadilla?

Suspiro, no importa cuánto desees algo, probablemente cuando llegue, sea incluso aun peor que todo lo que habías soñado. Una vez más cayó sobre mí un balde de agua fría, ya no sabía que hacía en ese lugar.

Al terminar la jornada, siendo castigado con entregas de papeleo y correo partí del periódico, camine lentamente a la estación de autobuses.

Me es tan difícil pensar en este momento, el desanimo puedo sentirlo en mis venas. Pesado y espeso como un liquido negro que solo contamina mi cuerpo con criticas...me siento como uno "ellos".

Intento relajarme mientras se detiene el autobús, piso con pasos ligeros y dudosos los escalones. Miro por la ventana en busca de consuelo, mirando atreves del cristal, buscando tranquilidad.

Llego al apartamento nuevamente, vacio y solitario, mis sueños pasados parecen haber estado ahí, pero ahora se han ido, la nostalgia me invade, por días pasados, pero solo me tiro en la cama para nuevamente volver a empezar.

Mi nombre es.

Un día nuevo, una meta nueva.

Me levanto tranquilamente como todas las mañanas (tardes), aunque muchas veces ( por no decir siempre) es una pelea incansable con un enemigo muy agotador...Sí, todos lo conocemos muy bien...la almohada.Aunque hoy inusualmente me he levantado exageradamente temprano, un sueño perturbador me acobijo con extrañas sensaciones...curiosos "Sentimientos".

Abrí las persianas, el sol del medio día me alentaba, hoy es el día me repetí en voz alta. Me dirigí al baño a realizar las acostumbradas costumbres de higiene personal, tratando de recordar (mirando el espejo), recordar aquella situación (cepillando los dientes), aquellas palabras (enjuagando), pero solo un dolor ensordecedor martillo mi cabeza.

Se preguntaran quien soy, digamos, que solo soy un hombre en busca de sentido (empleo) en la vida, he cometido muchos errores, es bastante sencillo cometerlos...pero muy renuentes a ser solucionados. He por ello toda mi vida de costumbres suceden en la maravillosa (mentira) ciudad de Caracas.

Suspire, hoy el día esta frio, vaya curiosidad, debe ser un mal augurio.

Ya en las calles observo el panorama. El humo de los carros, las quejas de los "habitantes", fenómenos musicales y de la moda. Estos pequeños atributos, solo me hacen despertar, me dicen realmente que "estoy en casa", no me malentiendan, a pesar de los intentos de robo constantes (si, lo dije bien "intentos") y los embotellamientos nocturnos, es agradable la brisa del amanecer, la femenina luna con sus encantos y los bombillos de cada uno de los hogares que puedo divisar por la ventana, son cosas que no tienen precio (para mí).

Se preguntaran el porqué de todo este dialogo hacia un público invisible, habitantes de mi mente, pero hoy, tenía que dar la introducción, de mi pequeña historia.

                -Mi nombre es...

Devuelta.

30 Días
Historias o desagües.