La lluvia de un enamorado intangible.

Siguen tronando libremente las penas del cielo, la lluvia no cesa pero pienso en gotas que jamás debería...ni siquiera ver, gotas tan tristes...tan frágiles son los sentimientos que acercan pero cuan fuertes son las emociones que nos atan, veo las nubes y no puedo dejar de pensar en ese pequeño cosquilleo curioso...

Vivir en una nube...¡valla que locura!...pero lo es aun mas ver cada gota y en ellas depositar un pensamiento dirigido a ti.

Lo odio...Odio hacerlo, hacer esto, todo los días, oigo los ecos pero no son los de mi propio corazón, escucho las risas de otros, son momentos imaginables donde esta vez soy el protagonista.

Verdaderamente soy un tonto me digo, vuelvo a mi mundo, estas cuatro paredes que con cada gota corroen las columnas de esta habitación, es un encierro de locos...me lanzo en la silla, prendo la lámpara y cierro la ventana, miro el techo y aun la incertidumbre continua...es la desesperación...es la incertidumbre si…es ella nuevamente, es algo tan tonto e infantil, le doy tantas vueltas y de pronto estas paredes caen, estoy en medio de una calle, las personas carecen de rostros y solo pasan a mi lado, miro mis manos y veo la lluvia seguir cayendo cada vez más fuerte que antes... una persona con sentido común se iría a ocultar pero esto era una onírica visión no se si reprimida o solo una premonición, pero odiaba…odiaba de nuevo esta soledad, las personas solo pasaban a mi lado sin mirarme, levante mi rostro y dejar así que la lluvia lavara mis vacios ojos negros y limpiara mi impaciente e ingenuo corazón.

Un rato largo paso, el ruido cedió y las multitudes se dispersaron y ahí estaba, era una mujer, mis ojos aun húmedos no podían distinguirla pero en mis adentros lo sabía, “es Ella” pensé en voz alta pero me pregunte el porqué...el porqué ni sus ojos podía ver, no quise cometer de nuevo un error de costumbre...corrí...Corrí tras ella...pero en un parpadeo solo estaban más gotas de esta lluvia incesante, insistente y juguetona...

Reí…Reí hasta quedarme sin aire…las gotas se encargaron del trabajo de mis a doloridos ojos y así lentamente los fui cerrando era un cansancio mental y un dolor en el pecho que me impedían resistirme.

“Un cálido viento refresca mi rostro, abro mis ojos y una inevitable sensación húmeda en mi rostro, me levanto de la cama y veo por la ventana, está cerrada, ahí veo mi reflejo, todo mi rostro mojado, me sorprendí un poco pero al final solo sonreí y abrí aquellas ventanas para que aquel viento nuevo entrara y aquel sol radiante y reconfortante iluminara este oscuro cuarto, inquietado por mi “visión” quede absorto en las nubes esperando una respuesta, una respuesta de la siguiente lluvia intangible.”